España es un país que, en muchos aspectos, dista mucho de ser centralizado. Esta descentralización se refleja no solo en el ámbito burocrático, sino también en el entorno digital, especialmente en las aplicaciones que desarrolla y lanza la administración pública. Atrás quedaron los tiempos en los que las webs y apps gubernamentales eran toscas e ineficaces, como sucede con la página para pedir cita previa del DNI.
En los últimos años, la administración ha lanzado diversas aplicaciones que destacan tanto por su diseño visual atractivo como por sus funciones útiles en el día a día. Estas apps permiten ahorrar tiempo en gestiones como solicitar certificados, consultar información personal o llevar documentación oficial en el móvil.
Las aplicaciones del Gobierno comienzan a abrumar a la sociedad
Ejemplos notables son Mi Carpeta Ciudadana, miDGT y MiDNI, todas desarrolladas por el Gobierno central. El único inconveniente es que, en lugar de tener una sola app integrada, cada función se distribuye en una aplicación diferente.
Cada una tiene su utilidad específica:
- Mi Carpeta Ciudadana es posiblemente la más completa, una auténtica navaja suiza de la administración, desde la que se pueden solicitar certificados, revisar datos personales o consultar el estado de trámites.
- miDGT permite llevar el carnet de conducir en el móvil, consultar información del vehículo o los puntos del carnet.
- MiDNI está enfocada únicamente en llevar el DNI digital en el teléfono.
Pero también hay otros ejemplos como por ejemplo Cl@ve que tiene una función tan simple como ofrece un código para identificarnos ante la administración electrónica. Esto es algo que sin duda puede estar fusionado en una app.

Ante esta fragmentación, la gran pregunta es inevitable: ¿por qué no fusionar todas estas funciones en una sola aplicación? Hoy en día, el ciudadano necesita al menos tres aplicaciones para tener acceso a los servicios digitales básicos del Estado. Esta dispersión puede resultar confusa o disuasoria, especialmente para quienes no están familiarizados con la tecnología.
Una solución ideal sería una única aplicación tipo Wallet o una versión ampliada de Mi Carpeta Ciudadana, que integrase todas estas funciones y facilitase el acceso a los servicios públicos sin necesidad de saltar de una app a otra según el trámite que se quiera realizar.
Y si esto ya resulta algo complejo a nivel estatal, el panorama se complica aún más cuando entran en juego las aplicaciones de las comunidades autónomas. Cada región tiene sus propias apps para servicios como la cita médica o sus propias carpetas ciudadanas.
En Andalucía, por ejemplo, los ciudadanos deben instalar varias aplicaciones: la del sistema sanitario, la del servicio de empleo o incluso su propio carpeta ciudadana, entre otras.
Al final, un ciudadano medio puede terminar con media docena de aplicaciones públicas en su móvil. Esto podría simplificarse mucho si se avanzara hacia una integración nacional más coherente y eficiente.
Eso sí, hay que reconocer que se ha avanzado notablemente en diseño y funcionalidad. Aplicaciones como Mi Carpeta Ciudadana han supuesto una mejora clara en la experiencia del usuario, evitando tener que visitar múltiples páginas web para hacer gestiones simples. Sin embargo, el reto ahora es dar ese paso final hacia la unificación, creando una verdadera app centralizada que facilite la vida a la ciudadanía.
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